Acuerdos comunitarios
A menudo, y con entusiasmo, organizamos y discutimos temas en grandes grupos de personas con diversos orígenes, experiencias y perspectivas. Aprender a hacer esto sin reproducir las ideologías opresivas que hemos heredado de una sociedad disfuncional puede ser abrumador e incómodo, pero es esencial. Conversar entre nosotros de manera constructiva, especialmente cuando tenemos desacuerdos políticos, es una habilidad que todos debemos practicar. Si vamos a construir una sociedad que prefiere la igualdad a la opresión, debemos construirla primero en los espacios que organizamos. Las siguientes no solo son pautas útiles para una discusión respetuosa, sino que también son pilares fundamentales para crear un movimiento social capaz de una solidaridad amplia y significativa.
Lista progresiva
La lista progresiva es una forma de facilitación destinada a elevar las voces marginadas y permitir una amplia gama de perspectivas. El apilador mantiene una lista de aquellas personas que desean hablar, llamándolas a su vez. Si alguien desea hablar, se lo indica al apilador, quien puede cambiar el orden para priorizar las voces de los grupos marginados o aquellos que aún no han hablado.
Haz espacio, toma espacio
Después de exponer su punto en una discusión, deje que otros hablen. Respete a los demás reconociendo con qué frecuencia, cantidad y volumen está hablando y si está dominando la conversación o no. Haga espacio para que otros expresen sus opiniones y perspectivas. Si el facilitador de la reunión le pide que termine, reconozca que debe dejar espacio para los demás. Esto se aplica especialmente a los participantes de entornos privilegiados. Por otro lado, si no habla con frecuencia, intente hacer un intento de participar. En muchos aspectos, la discusión se beneficiaría enormemente desde su perspectiva.
Respeto mutuo
El respeto mutuo nos invita a vernos desde una perspectiva más amplia, incluso cuando alguien dice algo con lo que no estamos de acuerdo o que nos ofende. Todos venimos de diferentes orígenes que informan nuestros gestos y comunicación. Honre el espacio con preguntas constructivas y diálogo que avanza la conversación. Asuman buena fe el uno en el otro. Una persona habla a la vez. Si está desafiando las ideas o el comportamiento de alguien, hágalo con respeto, y si lo están desafiando, recíbalo con respeto.
¿Por qué estoy hablando?
En una discusión, pregúntese “¿Por qué estoy hablando?” Tenemos una cantidad limitada de tiempo para debatir y, a menudo, un tiempo limitado para realizar las tareas que tenemos ante nosotros. Considere si lo que quiere decir ya se ha dicho, si lo que quiere decir está relacionado con el tema y si hay un mejor momento y lugar para decirlo. Considere el uso de métodos alternativos para mostrar su aprobación de otros comentarios u oradores (asentir con la cabeza, chasquear los dedos, levantar el pulgar, etc.).
Utilice declaraciones de “yo”
Habla desde tu perspectiva, en lugar de asumir la de otras personas. Sus experiencias son valiosas, pero las conclusiones que se extraen de ellas o incluso las experiencias en sí mismas no son necesariamente universales. No queremos asumir que todo el mundo está de acuerdo con todo lo que decimos.
Escucha activamente
Presta atención genuina a lo que dicen los demás. Escuche activamente a los demás. Si necesita aclarar el punto de alguien, repita lo que le oyó decir y resuma.
¡Huy, hay!
Reconozca cuando comete un error. Recuerde, se cometerán errores, nadie es perfecto. Reconozca las oportunidades para perdonar a los demás por sus errores.